domingo, 21 de agosto de 2011

"Fusiles gastronomicos" Reglas (desde los fogones)

Regresa una de las secciones que mas me gustan del blog. fusilarme lo de alguien mas ja¡ y ahora con una editorial de un consentido de este blog; el Chef Adrián Herrera difrutenlo. vale mucho la pena. al final de la editorial esta el link de origen chequenlo y visiten su editorial semanal. 

 

Reglas

Desde los fogones

Chef Adrián Herrera

Llego del trabajo y prendo la tele. Un canal de gastronomía proyecta un programa sobre las reglas de la mesa; apunta la manera en que deben acomodarse los cubiertos, la forma de doblar las servilletas, el tipo de copas y vasos que deben usarse y el sitio donde se posicionan. El servicio del pan tiene ciertas reglas que uno debe observar. Literalmente, dice: “Jamás utilice el pan para arrastrar restos de salsa que hayan quedado en el plato”. Dios perdone a estos pendejos. Si hay algo para lo cual se inventó el estúpido pan es justamente para eso: esas reglas jalan para el comedor del Titanic.
Hoy nuestras costumbres y nuestra apreciación de la comida han cambiado. El mundo se ha globalizado y la experimentación culinaria se ha desatado de tal manera que lo que antes podía ser tomado como un atentado en contra de la identidad cultural de una región o país, hoy es práctica común, y con esta promiscuidad de estilos y materiales vienen nuevas costumbres. Hablamos un idioma multicultural. Las influencias poco a poco se van metiendo en las otrora inviolables y sacrosantas estructuras culturales de nuestro país al tiempo que las hacemos nuestras, aunque hay algo que se resiste dentro de nosotros a cambiar y nos hace aferrarnos a estas nociones románticas e irrisorias con la ilusión de conservar una serie de valores y estilos de vida para protegernos de esta amenaza multicultural. Es ridículo; es una payasada que se fija más en las apariencias y poco alude al gozo despreocupado y habitual de las cosas, transformando algo tan relajado —como sentarse a comer— en un tenso drama de valores tradicionales y moral correcta. Siento que hay algunas reglas que son una intromisión, una violación de mi derecho a disfrutar las cosas de manera espontánea. Y no digo comer con la boca abierta, eructando y escupiendo comida en la mesa, no hay que exagerar; hay un consenso sobre maneras de comportarse y no tengo problema con eso. Pero reparar en detalles absurdos es una pérdida de tiempo. Desde niño corto con la mano izquierda y pincho con la otra. Tengo una tía medio necia que siempre que me ve así se alborota y termina dictaminando que aquello está mal, que no soy zurdo y que el cuchillo siempre se toma con la derecha. Otros dicen que uno debe cortar con la derecha y después intercambiar el cuchillo por el tenedor, pinchar y llevar a la boca. Qué mamada. Apenas y puedo creer que semejantes disertaciones aún existan. Fui a un restaurante con un colega y nos trajeron un platón con quesos, mermeladas y miel. Tomé un cuchillo, le saqué una porción a un queso y lo bañé en miel. Luego me lo llevé a la boca. Lo disfruté tanto. Mi amigo se escandalizó: “¡Qué haces!”, gritó. “¡No puedes llevarte el cuchillo a la boca, para eso están la cuchara y el tenedor!”; “Pues no los necesito y disfruto más comiendo así”, contesté.
Luego está el asunto de dónde deben ir los cubiertos y las copas. Entiendo que existe un orden práctico, pero no hay que sacralizar el asunto y llevarlo a estatus de culto inviolable. Si quiere poner cuchillo, cuchara y tenedor de un mismo lado, hágalo. Que quienes creen en el feng shui se estremezcan. Quizá para una cena elegante convenga seguir ciertas reglas, pero recuerde que son sólo convenciones, no cánones religiosos ni creencias absolutas. Reinvente su manera de acomodar su mesa y de comer, faltaba más.
Que los exaltados se queden pegando de gritos con sus convenciones anticuadas; al resto déjenos disfrutar nuestra comida como mejor nos plazca.

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