domingo, 21 de agosto de 2011

"Fusiles gastronomicos" Los verdaderos heroes

Los verdaderos héroes 

Texto de Rubén Hernández

En diciembre de 2010, días después del nombramiento de la cocina mexicana como Patrimonio de Humanidad, de acuerdo con la Unesco, una de las primeras inquietudes plasmadas por muchos de los involucrados en el desarrollo de la gastronomía en nuestro país, llámense cocineros, académicos, investigadores y periodistas, entre otros, fue la necesidad de desarrollar una agenda puntual y consistente en torno a las actividades que el gobierno y la sociedad civil podrían desarrollar en favor del rescate y la difusión de los valores de la cocina mexicana, con todos los elementos humanos, materiales, físicos e intelectuales que integran su permanencia como signo de identidad de nuestro pueblo y nuestra historia.

Así lo hicimos notar, con micrófono en mano, algunos de los que asistimos al Encuentro de Cocina Tradicional: importante por ser sin duda el primer evento de relevancia nacional, realizado en nuestro país, luego del histórico nombramiento; importante por la presencia de los miembros del Conservatorio de la gastronomía mexicana, principal gestor de este reconocimiento; importante por la trascendencia de Michoacán como base del expediente presentado ante el organismo de la ONU.

"Para enero o a más tardar para febrero", advirtió la Dra. Gloria López Morales, directora del Conservatorio, en torno a los tiempos para definir dicha agenda y ´promover una reunión con el presidente de la República, con el fin de formular y proyectar acciones concretas en función de tal labor. Ahora más que nunca queda claro que no ha habido mala voluntad por parte del Conservatorio, sencillamente, como ocurre en tantos rubros de nuestra vida cultural, social y política, su esfuerzo y sus intenciones se han visto rebasadas por la miopía, el desinterés, la falta de tacto y de visión de miembros estratégicos de la administración pública, que han sabido ver los importantes alcances que este patrimonio, y su promoción, pueden tener en la reformulación de la actividad turística de nuestro país, con sus consecuentes beneficios económicos y políticos.

A diferencia de otros gobiernos que se han visto sumidos en severas crisis políticas y sociales, ya no digamos económicas, el actual no ha sabido definir con claridad un papel potenciador en el rubro de la cultura y la educación.

El gobierno de Fox confundía lo grandote con lo grandioso, pero en estos momentos hay una palidez, una anemia evidente, en lo que se refiere a la promoción de la cultura y, ya ni lo imaginemos siquiera, a un auténtico respaldo a la educación como forma de aniquilar los graves problemas que nos aquejan. Ante ello, no es soprendente la incapacidad para reconocer el increíble filón que representa nuestra gastronomía, no sólo como expresión de una naturaleza pródiga y una suma de talentos ancestrales y actuales, sino ante todo como la sublimación del bagaje de un pueblo dueño de una cultura exquisita, maravillosa, única.

Dice el presidente que México ya no será el mismo después del triunfo de la sub 17. Sin quitar el mérito correspondiente a esos niños que dieron una lección de trabajo, coraje y empeño, México tampoco sería el mismo, ni lo será, sin la fortaleza y el valor de tantos héroes anónimos que aún sigue partiéndose el alma para que lo mejor de nuestra patria siga vigente, siga vivo, siga presente como patrimonio y herencia.

Un reconocido actor decía alguna vez en una entrevista que los verdaderos héroes no son los que ganan batallas o hacen proezas dignas de admiración pública. Los verdaderos héroes decían, son los hombres de a pie, los que salen todos los días, aún de madrugada, para ganar un salario raquítico y mantener una familia, mantener vigentes nuestros golpeados valores.

Los verdaderos héroes son también nuestros cocineros y nuestras cocineras tradicionales, que aún guardan como una joya sus técnicas, sus ollas, sus recetas; es la gente del campo que aún se aferra a sus cultivos y que, como en la anécdota que alguna vez contaba Steve Sando, son como aquella mujer de Hidalgo, campesina humilde, en situación precaria, que cuando alguna vez fue cuestionada sobre lo que la mantenía orgullosa, a pesar de su evidente pobreza, miró de frente a quienes la interpelaban y como una reina mostró orgullosa un puñado de frijoles sembrados en su tierra.

Dice una reciente nota de Laura Poy Solano, publicada en La Jornada, que en México se corre el riesgo de perder el patrimonio cultural y las tradiciones productivas de cientos de pequeñas comunidades rurales ante el creciente despoblamiento –en todo el territorio nacional– de localidades con menos de 100 habitantes, de acuerdo con los estudios de investigadores de El Colegio de Michoacán (Colmich) y del Centro de Investigaciones y de Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).

"Las condiciones de aislamiento y marginación que enfrentan las poblaciones ubicadas en zonas de difícil acceso en sierras, cañadas o montañas, debido a que carecen de vías 'modernas' de comunicación, han generado que muchos pobladores decidan migrar por la falta de servicios, pero 'hay un pequeño sector que resiste y mantiene vivos sistemas productivos artesanales que involucran tradiciones y saberes ancentrales que son un patrimonio cultural intangible que estamos en riesgo de ver desaparecer'", expresa la nota de Poy Solano.

El problema es muy serio: propiciar el rescate y la salvaguarda de nuestras tradiciones, de nuestros valores gastronómicos, marca también la necesidad imperante de salvaguardar formas de producción y productos con una historia y una genealogía; implica un trabajo respetuoso y puntual en la defensa del patrimonio natural de México.
"Ayúdennos a luchar contra la tala clandestina de árboles. Eso es algo que está afectando severamente nuestro ambiente, nuestros recursos", platicaba un productor de queso Cotija en la sierra de Jalmich.

En sintonía con esta preocupación que algunos, y cada vez más, hemos manifestado desde distintos frentes, la publicación electrónica Culinaria Mexicana, dirigida por Claudio Poblete y Silvia Ayala, propone este miércoles 13 de julio la realización de un TT (trending topic) en Twitter con el hashtag #cocinerosalospinos con el fin de exponer porqué el Gastro-turismo, concepto mundial de turismo y gastronomía, puede ser un tema de Estado en México que ayude al desarrollo nacional.

"Los invitamos a participar de esta iniciativa para lo cual desde hoy hay que tuitear con el #cocinerosalospinos razones por las que sería importante que el Gobierno Federal tome en cuenta que el gastroturismo puede ser un motor de desarrollo para contrarrestar otros climas en nuestro país.

"Lo que buscamos es que el Presidente de la República reciba al Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, Slow Food México, Colectivo de Cocineros, Universidades, Académicos, Medios de Comunicación, Consejo de Periodistas Gastronómicos, mayoras, enólogos, sommeliers, chefs, escritores, promotores de la cocina nacional", advierten Poblete y Ayala en su comunicado a través de las redes sociales.

"Esto con el fin de dar a conocer a nivel mundial el reconocimiento de la UNESCO a nuestra cocina, hablar de las más de 50 rutas gastronómicas que existen en México y que no se han tomado en cuenta como un factor real de impulso al turismo nacional y extranjero.

"A la generación de empleos y divisas por concepto de la Industria de la Hospitalidad y el turismo mexicano que hoy encuentra dos de los mejores restaurantes de Latinoamérica, y divisiones de nuestra cocina: regional, de investigación, académica, de autor, conceptual.

"Le agradecemos sumarse a este trabajo en equipo que impulsamos con el fin de que la Secretaría de Turismo desarrolle una subsecretaría de asuntos gastronómicos en beneficio de todos quienes nos dedicamos a esta tarea", puntualizan.

Todo esfuerzo es loable, y es tiempo de sumar esfuerzos por una causa común. Hace unas semanas, en otra nota, resaltaba que las cocineras no hacen goles, y no son ellas, en el esquema oficialista, las merecedoras de estar en Los Pinos, aunque ganen títulos igualmente gratificantes para una nación como una copa del mundo. Ojalá iniciativas como ésta sí las lleven, pero no para la foto oficial o el lucimiento de unos cuantos, sino para empezar una verdadera iniciativa de salvaguarda y rescate de nuestra cocina. Que la fórmula, para que de verdad funcione, tiene llegar a nuestros mares, a nuestros campos. 
 



http://cronicasdelsabor.blogspot.com/2011/07/los-verdaderos-heroes.html

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